A student holds a poster reading "Public Education For Sale" during a protest to demand the government of Chilean President Sebastian Pinera to improve the public education system, in Santiago, on October 11, 2012. While some danced to the rhythm of drums, thousands of others, masked and wearing hoods, followed the procession and attacked police with sticks and stones. The police responded, as they have in the past, with tear gas and water cannons. For over a year, Chilean students have rallied in the streets, calling for reform to the Latin American nation's education system, considered expensive, inefficient and inequitable. AFP PHOTO/Martin BERNETTI (MARTIN BERNETTI)
Santiago de Chile. AFP. Multitudinarias marchas de estudiantes en Chile, protestas de maestros en Colombia y Guatemala, colegios ocupados en Argentina... El reclamo por una mejor educación se siente en toda América Latina, que pese a los avances en cobertura reprueba aún en calidad.
Con el 95% de los niños asistiendo a la educación primaria, América Latina registra el mayor avance mundial en cuanto a cobertura, pero no se repite lo mismo en los niveles superiores y la región está muy lejos de cumplir las metas sobre calidad.
Ni siquiera los mejores colegios de la región alcanzan los niveles medios de los países desarrollados y ninguna universidad latinoamericana figura entre las 100 mejores del planeta.
“En la última década, los avances en cobertura han sido importantes a nivel de enseñanza primaria”, explica Daniela Trucco, oficial de Asuntos Sociales de la División de Desarrollo Social de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal).
No obstante, en América Latina 6,5 millones de niños en edad de asistir a la escuela no lo hacen y 36 millones de adultos son analfabetos, según los datos más recientes de la Unesco.
Los excluidos pertenecen fundamentalmente a población rural pobre, en su mayoría indígenas y afrodescendientes de los países menos desarrollados de la región, principalmente de Centroamérica, con la excepción de Costa Rica.
“En Guatemala no hay un interés para impulsar y mejorar la educación y la salud”, dijo la analista y activista humanitaria, Claudia Samayoa, sobre un país que destina cerca del 3% de su PIB a educación y donde el 20% de su población es analfabeta.
En similar posición están países como Nicaragua y Honduras.
En esta última nación, profesores denuncian un intento cada vez mayor por privatizar la enseñanza: “Se está obligando a padres de familia a pagar hasta la electricidad de algunas escuelas y es el maestro el que está obligado a conseguir los textos”, dijo Jaime Rodríguez, expresidente del Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras.
Los colegios. El panorama empeora en la enseñanza secundaria, donde la tasa de matrícula está entre 75% y 78%. “Pero una cosa es que entren a la secundaria y otra que la terminen”, explica Trucco. Hay también un gran nivel de desigualdad. “Mientras en el quintil más alto, cerca de 80% termina la secundaria, en el quintil más bajo lo hace el 25%”, repasa la experta.
La diferencia es crucial para las expectativas de ingreso. “La Cepal ha venido diciendo hace muchos años que el nivel de secundaria viene a ser el umbral base para permitir que una persona tenga mayor probabilidad de no vivir en la pobreza”, dice Trucco.
El abismo, no obstante, se abre en materia de calidad. En ausencia de una medición estandarizada que abarque a toda la región, el dato más cercano sobre calidad viene del Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes de la OCDE.
En la última medición, del 2009, todos los países de la región se ubicaron en la parte inferior de la tabla. El mejor evaluado, Chile, se ocupó el lugar 44 dentro de 65 países, superando a Uruguay (47), México (48), Colombia (52), Brasil (53), Argentina (58) y Perú (63).