Andrango, designado en septiembre último, recibió el encargo de parte del canciller Ricardo Patiño en una ceremonia en la localidad indígena de Cotacachi (70 km al norte de Quito).
"Los embajadores representan en el exterior al pueblo y no a una élite o grupos particulares, así como el carácter plurinacional e intercultural del Ecuador", dijo el canciller.
Andrango indicó, a su vez, que hace tres décadas esto no "hubiese sido posible debido a la discriminación, injusticia y desigualdad que existía hacia el pueblo indígena".
El pasado 5 de agosto, el gobierno socialista de Rafael Correa nombró por primera vez a un aborigen como embajador, al encargar a Ricardo Ulcuango la representación diplomática en Bolivia.
Patiño volvió a defender la nominación de nativos en el servicio diplomático, ante críticas de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) -la más importante del país- de que su intención es dividir a las etnias.
"No es una política racista, sino que pretende acabar con la exclusión histórica de las mayorías en la gestión de la política exterior ecuatoriana", sostuvo.
Correa mantiene una pugna con la Conaie, una antigua aliada que en marzo lo denunció penalmente por genocidio aduciendo que ha alentado la explotación petrolera en territorios indígenas.