Los dos Gobiernos se mantienen inamovibles en sus posiciones cinco días después de que Ecuador concedió asilo al fundador de WikiLeaks, con el argumento de que hay riesgo de que desde Suecia pueda ser llevado a otro país donde su vida correría peligro, una alusión a Estados Unidos que el Gobierno de esa nación descartó ayer.
“Bajo nuestra legislación, habiendo agotado todas las opciones de apelación, estamos obligados a extraditarlo a Suecia. Es nuestra intención cumplir esa obligación”, expresó el portavoz del primer ministro británico, David Cameron, en un comunicado.
En Suecia, Assange, de 41 años y nacionalidad australiana, es reclamado por denuncias de dos mujeres que dicen que abusó sexualmente de ellas, acusación que él niega y nada tiene que ver con los miles de documentos oficiales secretos, sobre todo de EE. UU., divulgados por WikiLeaks.