“Vamos a trabajar estrechamente con nuestros socios internacionales para aumentar el aislamiento de Irán y la presión sobre su Gobierno, y vamos a hacer un llamamiento a otras naciones para que se unan a nosotros en la condena de esta amenaza a la paz y seguridad internacionales”, dijo Clinton durante un acto organizado por el centro de estudios Center of American Progress.
Clinton añadió que el frustrado plan que pretendía atentar contra la vida del embajador saudí y contra las sedes diplomáticas de Arabia Saudí e Israel en Washington supone una “peligrosa escalada del Gobierno iraní en su larga tradición de hacer uso de la violencia política y el patrocinio del terrorismo”.
”Sin embargo, esto no es solo sobre Irán y Estados Unidos o solo sobre Arabia Saudí. Apuntar contra la vida de un embajador viola la Convención relativa a la Protección y el Castigo de los Delitos contra Personas Internacionalmente Protegidas, que, por supuesto incluye a los diplomáticos”, añadió.
Clinton explicó que Irán es un país signatario de esa convención y además también está obligado por las resoluciones del Consejo de Seguridad para ponerlas en práctica.
“Este tipo de actuaciones socava las normas internacionales y el sistema de la comunidad internacional”, agregó.
Ayer mismo, Washington inició en la ONU contactos con los miembros del Consejo de Seguridad para informarles individualmente de los detalles del presunto plan.
Ayer, el Pentágono minimizó la posibilidad de una acción militar y señaló que el asunto requiere una respuesta diplomática y legal.
Otras acciones contra Irán incluyeron ayer que Estados Unidos sancionara a la aerolínea comercial iraní Mahan, a la que acusó de dar apoyo financiero, material o tecnológico para la Fuerza Kuds de la Guardia Revolucionaria Islámica de ese país.
Las sanciones estadounidenses prohíben que individuos o entidades de Estados Unidos hagan negocios con la entidad sancionada y congela todos los activos de esta bajo jurisdicción estadounidense.
Estados Unidos acusó el martes a Irán de estar tras un complot terrorista desmantelado, que pretendía atentar contra las embajadas de Arabia Saudí e Israel en Washington, así como asesinar al embajador saudí, Adel al- Jubeir.
La Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA) supo del complot cuando Mansor Arbabsiar, ciudadano estadounidense con pasaporte iraní, se puso en contacto el pasado mayo en México con un informante de ese organismo, al que creía miembro de un cartel del narcotráfico, para pedir asistencia para asesinar a al- Jubeir.
“Las relaciones entre Irán y Arabia Saudí se basan en el respeto mutuo y una acusación sin fundamento como esta no irá a ninguna parte”, dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Ramin Mehmanparast.
Washington intenta al mismo tiempo “desviar la atención de sus problemas internos” y crear divisiones en los países musulmanes para sacar a Israel de su aislamiento actual, estimó.
Reino Unido transmitió ayer a Washington su apoyo para nuevas sanciones y la Unión Europea (UE) advirtió a Teherán que el asunto tendría “consecuencias muy graves” en el caso de que se demuestren las acusaciones estadounidenses.