El acuerdo, una de las grandes apuestas del presidente Barack Obama, fue aprobado después de la moción de procedimiento que el Senado realizó el martes, en la que se obtuvo el apoyo de once republicanos para llegar a los 67 votos que eran necesarios.
“Esta votación histórica del Senado hace a nuestro país más seguro y aleja al mundo de los peligros de un desastre nuclear”, dijo tras la votación el senador demócrata John Kerry, presidente del Comité de Relaciones Exteriores y promotor de la medida en la Cámara Alta.
El anterior START, de 1991, expiró hace un año.
Los demócratas, que cuentan con 58 escaños en el Senado, necesitaban el apoyo de nueve republicanos para alcanzar la mayoría de dos tercios de la Cámara necesaria para avalar un tratado internacional, según la ley estadounidense.
Junto a otro triunfo más polémico, el de la ley de recortes de impuestos que acordó con los líderes republicanos y firmó el viernes, esas victorias permitirán a Obama viajar por fin a Hawai, su estado natal, para reunirse con su familia y celebrar las fiestas navideñas.
El mandatario, quien ofreció ayer una conferencia de prensa para hacer balance del año, aplazó sus vacaciones para tratar de aprobar medidas con la actual composición del Senado, antes de que los republicanos aumenten su representación a partir de enero.
El nuevo tratado START reduce en un 30% el número de cabezas nucleares, hasta 1.550 por país, y limita a 800 el de vectores estratégicos, como misiles intercontinentales, submarinos y bombarderos estratégicos. También introduce un nuevo sistema de inspecciones de los arsenales nucleares.
Sin embargo, el acuerdo no limita las cabezas nucleares almacenadas que no estén listas para su uso, ni las “armas nucleares tácticas”, más pequeñas y de menor alcance, que el Gobierno de Obama pretende regular en un acuerdo posterior.
El presidente firmó el START en Praga en abril, junto a su colega ruso, Dimitri Medvédev, tras un año de negociaciones.