Washington. EFE, DPA. El Gobierno de EE. UU. defendió ayer su actuación contra el derrame de crudo en el golfo de México, cuando las encuestas apuntan a la pérdida de confianza entre los votantes sobre el problema y la propia British Petroleum (BP) ha admitido la frustración existente.
“Vamos a seguir encima de esto y seguir encima de BP (empresa responsable del derrame) hasta que se resuelva el problema y se resuelva de la manera correcta”, indicó ayer la secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, Janet Napolitano.
Napolitano formó parte ayer de una delegación oficial que sobrevoló la zona afectada por el derrame, integrada también por el secretario de Interior de EE. UU., Ken Salazar, y un grupo de legisladores de ambos partidos.
Washington, indicó el alto funcionario, “seguirá supervisando de cerca los esfuerzos de la compañía para cerrar el pozo, limpiar la contaminación creada y pagar las compensaciones debidas”.
El Gobierno intenta bajar el tono de acusaciones de que no ha respondido de manera adecuada.
Una encuesta elaborada para la cadena de televisión CNN indica que 53 por ciento de estadounidenses cree que los esfuerzos por parar el derrame de petróleo no tendrán éxito y 76 por ciento considera que el desempeño de BP ante el desastre ambiental ha sido malo.
El 51 por ciento de estadounidenses, según sondeo, desaprueba cómo el presidente Barack Obama ha tratado la situación.
Los esfuerzos para tratar de frenar el vertido han tenido hasta ahora un costo de $760 millones para BP pero, pese a los diferentes intentos por contener la fuga que suma ya 34 días, ningún método ha detenido el derrame.