Washington, y Bengasi, Libia. AFP, AP, EFE. El ataque contra el Consulado de Estados Unidos en Bengasi, Libia, en el que murió el embajador Chris Stevens, apunta más a un atentado planificado y hay sospechas de que detrás está el grupo terrorista al-Qaeda.
Un funcionario gubernamental, quien pidió no ser identificado, dijo que la “hipótesis de trabajo” es que los extremistas utilizaron a los manifestantes que protestaban contra una película para atacar la sede con lanzacohetes y armas de bajo calibre.
Por su lado, el presidente de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Rogers, expresó que aunque “todavía hay detalles oscuros (el ataque), lleva claramente la firma de al-Qaeda”.
El atentado, en el cual murieron también tres funcionarios estadounidenses del consulado y varios agentes de seguridad libios, tuvo lugar el martes en la noche, el mismo día en que Estados Unidos rememoró el undécimo aniversario de los ataques terroristas del 11 de setiembre de 2001.
El Gobierno de Washington envió ayer alrededor de 50 infantes de marina a Libia para reforzar la seguridad de sus instalaciones diplomáticas. El grupo de élite entraría en acción apenas reciba reciba aviso de amenazas de terrorismo.
También partieron hacia costas libias dos buques de guerra.
A la vez, Estados Unidos evacuó a la mayoría de sus diplomáticos en el país árabe mientras revisa la seguridad de todas sus misiones en el extranjero.
Acción terrorista. La sospecha de que al-Qaeda está detrás del ataque en Bengasi la expuso el representante Rogers, quien declaró: “Desde hace meses hemos visto que al-Qaeda busca blancos occidentales por todas partes en el norte de África. Hemos observado ciertas actividades que nos permiten pensar que se trata de un grupo afiliado a al-Qaeda,
Ese criterio lo apoyaron ayer expertos en política exterior. “Lo que ocurrió en Libia fue un ataque muy planeado y altamente dotado de armas que subraya cuán peligrosa es la situación en Libia, estimó Isabel Coleman, directora del Programa de Política Exterior del Council of Foreign Relations (CFR).
Ed Husain, especialista en ideología islamista del CFR, opinó que “sin duda” el ataque en Bengasi está relacionado con el aniversario de los atentados del 11 de setiembre “por una remanente creencia” en parte de la sociedad de que “Estados Unidos está en guerra con el islam y los musulmanes”.
Las protestas se desencadenaron por una película poco conocida hecha en Estados Unidos por un director de cine que califica al islam como “un cáncer”. Extractos de video publicados en YouTube ridiculizan abiertamente al profeta Mahoma y lo muestran como un fraude, un mujeriego y un loco; lo presentan teniendo relaciones sexuales e instando a cometer masacres.
El embajador Stevens, de 52 años, murió cuando él y un grupo de empleados de la Embajada fueron al consulado para tratar de evacuar a su personal, mientras cientos de personas atacaban con ametralladoras y lanzagranadas. Para el final de la agresión, gran parte del edificio estaba quemado.
El médico Ziad Abu Zeid, que atendió a Stevens, informó de que murió por asfixia, al parecer a causa del humo.
Libios llevaron al diplomático al Centro Médico Bengasi, sin otros estadounidenses, y nadie allí sabía de quién se trataba, añadió.