Moscú. AP Washington y Moscú orquestaron ayer el mayor canje de espías desde la Guerra Fría, al intercambiar a 10 agentes arrestados en Estados Unidos por cuatro condenados en Rusia, en un paso de baile diplomático coreografiado en el aeropuerto de Viena.
El intercambio fue una clara demostración de las nuevas relaciones con Rusia promovidas por el presidente Barack Obama, lo que le permitió a Estados Unidos obtener la libertad de cuatro rusos, algunos de los cuales purgaban largas penas de cárcel.
Al menos uno de ellos, el excoronel Alexander Zaporozhsky, habría brindado información que llevó a la captura de Robert Hanssen y Aldrich Ames, dos de los espías más importantes atrapados en Estados Unidos.
El departamento de Justicia en Washington rompió su mutismo al anunciar que el canje de espías se había consumado con éxito luego que los dos aviones participantes aterrizaron en Moscú y Londres.
Al inicio del canje, dos aviones provenientes uno de Nueva York y el otro de Moscú, aterrizaron en Viena con minutos de diferencia. Se estacionaron en un tramo alejado de la pista, intercambiaron espías usando un pequeño autobús y partieron luego.
El proceso tomó menos de una hora y media.