Young girls wave Egyptian flags atop an armored vehicle just outside Tahrir or Liberation Square in Cairo, Egypt, Tuesday, Feb. 1, 2011. More than a quarter-million people flooded into the heart of Cairo Tuesday, filling the city's main square in by far the largest demonstration in a week of unceasing demands for President Hosni Mubarak to leave after nearly 30 years in power. (AP Photo/Victoria Hazou) (Victoria Hazou)
En su primera reacción al discurso que dio Mubárak horas antes, en el cual afirmó que dejará el poder en setiembre, Obama reiteró que no era Estados Unidos, principal aliado de Egipto, el que elegiría al líder del país.
Obama sumó presión sobre Mubárak, en el poder desde hace 30 años, pero evitó cualquier llamado, al menos público, a que deje el cargo de inmediato.
“Lo que está claro, y lo que indiqué esta noche al presidente Mubárak es mi creencia de que una transición ordenada debe ser significativa, debe ser pacífica y debe comenzar ahora”, dijo el presidente estadounidense.
Agregó que Mubárak reconoce que el
El mandatario egipcio descartó postularse para un nuevo mandato en setiembre, aceptando así por primera vez que abandonará el poder, pero también se negó a renunciar de inmediato al cargo, en un discurso pronunciado mientras cientos de miles de opositores realizaban la protesta más numerosa contra su Gobierno desde que se inició la crisis, hace una semana.
Dijo que terminará los últimos meses de su mandato para que haya una transferencia pacífica del poder y una reforma en las reglas para las elecciones presidenciales.
En tono dramático, prometió que morirá en suelo egipcio, en alusión a que los opositores piden también su salida del país.
“Esta es mi querida patria... En la que he vivido, he luchado por ella y defendido su territorio, soberanía e intereses. En su suelo moriré. La historia me juzgará a mí y a todos nosotros”, dijo el excomandante de la Fuerza Aérea.
Pero la concesión parcial –el fin de su mandato– fue rechazada de inmediato por los manifestantes congregados en la plaza principal de la capital egipcia.
Mientras veían el discurso en un televisor gigante en la plaza Tahir (Liberación), los opositores abuchearon a Mubárak y levantaron zapatos sobre sus cabezas en señal de rechazo. “¡Largo, largo, largo!, no nos vamos hasta que te vayas”, gritaban.
Más temprano, la dirigencia de la variopinta oposición rechazó todo diálogo con el régimen.