Washington. AFP Estados Unidos, Colombia y Centroamérica conversan para acelerar la cooperación contra el crimen organizado, pero la configuración de ese nuevo modelo enfrenta problemas presupuestarios e internos en el Istmo, según fuentes oficiales y analistas.
“Si tenemos una coincidencia de perspectivas en la región, esperamos que nos permita diseñar una nueva estructura, que podría surgir para tener más colaboración entre los países de la región mesoamericana y también los otros países del hemisferio que quieran apoyar y participar”, dijo el lunes en Guatemala el subsecretario para la lucha contra el narcotráfico, William Brownfield, de gira por la región.
Colombia, mayor receptor de ayuda en materia de seguridad de EE. UU. en el continente, ofrece elevar su ayuda pero pide un marco claro y el respaldo de Washington.
“Hemos venido respondiendo caso a caso, pero queremos hacerlo con un plan que responda a una lógica estratégica, con un portafolio de capacidad, de servicios, que podremos poner al alcance de otros países”, ha dicho el ministro de Defensa colombiano, Rodrigo Rivera.
La idea de regionalizar la ayuda que EE. UU. aporta a México (Iniciativa Mérida), Colombia (Plan Colombia) y Central (Carsi) viene valorándose hace casi un año pero subsisten obstáculos como el aislamiento diplomático hondureño, la rencilla limítrofe entre Nicaragua y Costa Rica y finalmente en Washington, la discusión presupuestaria: pulso interno entre la Casa Blanca y la oposición republicana.
En los próximos seis meses podría definirse ese nuevo esquema.
Brownfield y el subsecretario adjunto para América Latina, Arturo Valenzuela, advirtieron varias veces en meses pasados que los países centroamericanos no deben esperar mucha más ayuda.
Colombia obtuvo el año pasado unos $462 millones de ayuda estadounidense, que sigue vigente por la prolongación del presupuesto en Estados Unidos.
Las conversaciones sobre ese nuevo esquema regional iban por buen camino “hasta que vino el conflicto entre Costa Rica y Nicaragua”, explicó Kevin Casas-Zamora, exvicepresidente costarricense y analista del Brookings Institute.
Los próximos meses serán intensos en cuanto a actividad diplomática en la región pues la próxima comisión ministerial bilateral de EE. UU. y Colombia es en marzo.
Mientras, Brownfield sigue de gira por Centroamérica. Ayer tuvo reuniones en El Salvador.