La Habana. AFP. El Premio Sajarov que otorgó el Parlamento Europeo ayer al opositor cubano Guillermo Fariñas avivó el reclamo de la disidencia y varios Gobiernos, que presionan a La Habana para que libere a todos los presos políticos, y avance en democracia y derechos humanos.
Fariñas, psicólogo de 48 años, obtuvo el galardón tras protagonizar una huelga de hambre de 135 días para exigir la excarcelación de opositores, en vísperas de que la Unión Europea (UE) revise su política en relación con Cuba y los derechos humanos.
“El Parlamento Europeo está enviando un mensaje a los gobernantes cubanos de que ya es hora de que haya democracia y libertad de conciencia y expresión en Cuba”, expresó el también ciberperiodista, en su casa en la central ciudad de Santa Clara, 270 km al este de La Habana.
Fariñas, antiguo seguidor de Fidel Castro, dedicó el “Premio a la libertad de conciencia” al “pueblo cubano que lucha pacíficamente contra la dictadura”.
Sin pronunciarse. La Habana, que aún no se ha pronunciado, acusó a Fariñas de ser un “antisocial violento” luego de que se declaró en huelga de hambre el 24 de febrero, un día después de que murió tras 85 días de ayuno Orlando Zapata, primer disidente en fallecer en ese tipo de protestas en 40 años.
Fariñas depuso su huelga el 8 de julio cuando el gobierno de Castro, ante críticas internacionales por ese caso, prometió, en un inédito diálogo con la Iglesia, liberar a 52 opositores que quedaban en prisión de 75 condenados en 2003; de estos, 39 ya fueron excarcelados y emigraron a España. La disidencia, tachada por La Habana de “mercenaria” de Washington, recibió el galardón como un apoyo a su lucha y un llamado de atención al Gobierno.
“El Gobierno debiera tomar nota de que (...) refleja la preocupación que subsiste en la comunidad internacional en cuanto a la desfavorable situación de derechos humanos en Cuba”, opinó el disidente Elizardo Sánchez.
Laura Pollán, líder de las Damas de Blanco y quien viajó a Santa Clara, destacó a Fariñas como un “ejemplo de dignidad” que “expuso su vida por la libertad de los presos” y “nunca claudicó”.
Sentada junto a Fariñas, Pollán declaró que “sería maravilloso” que el Gobierno les diera permiso de salida para recibir juntos el premio en Estrasburgo (Francia) en diciembre, pues ni a ellas ni a Oswaldo Payá les fue autorizado el viaje.
Por gestión de España, la UE levantó en 2008 sanciones impuestas por el caso de los 75, pero mantiene la posición común , que desde 1996 condiciona la cooperación con Cuba a avances democráticos.
A la derogación de esa política, pedida por Madrid, se oponen países como la República Checa, que exigen, al igual que Washington, la liberación de todos los presos y más apertura.
EE. UU. felicitó a Fariñas por el premio y a la UE por la decisión. “Ha sido un valiente defensor de la libertad (...) y la democracia” y un “entregado a la liberación de todos los prisioneros”, señaló una nota del Departamento de Estado.
El ministro francés de Relaciones Exteriores, Bernard Kouchner, calificó la distinción como un “homenaje merecido al coraje de Guillermo Fariñas que no dudó en poner su vida en peligro iniciando huelgas de hambre en varias ocasiones para obtener la liberación de los disidentes enfermos”.