“Insto al Gobierno danés a evitar acciones unilaterales y a asegurarse de que todas las medidas que toma son conformes a la ley”, expresó la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström.
Copenhague anunció el miércoles que restablecerá los controles permanentes en sus fronteras con Alemania y Suecia para luchar contra la inmigración ilegal y el crimen organizado, pese al principio de libre circulación que rige en la Unión Europea (UE).
La decisión fue tomada por el gobierno conservador presionado por la extrema derecha y sin consulta previa con socios europeos.
Previamente a la advertencia de Malmström, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, expresó “importantes dudas” sobre la legalidad de la decisión de Dinamarca.
En una misiva dirigida al primer ministro danés, Lars Loekke Rasmussen, Barroso señaló que una “primera evaluación jurídica” de la iniciativa suscita “dudas sobre el respeto de Dinamarca de sus obligaciones y de las disposiciones de los tratados europeos”.
En particular, Barroso afirmó que la libre circulación de personas que rige en el espacio Schengen y de bienes, servicios y capitales que se aplica en el territorio de la UE puede verse comprometida si Dinamarca instala controles fronterizos de “forma permanente”.
“Los Estados miembros no pueden llevar a cabo sistemáticamente controles aduaneros y policiales en sus fronteras nacionales”, recordó el presidente del ejecutivo comunitario, que es el gendarme de la legislación europea.
Las fronteras internas han sido abolidas entre los 27 Estados miembros de la Unión Europea (UE) tanto para los bienes, los servicios y los capitales.
La libre circulación de personas está vigente en el espacio Schengen, del que forman parte 22 de los 27 países de la UE, además de Suiza, Noruega e Islandia.