Dirk Shmidt (45 años) fue capturado el 7 de julio en Santa Cruz, con siete armas de guerra de grueso calibre en su poder (escopetas, rifles, dos pistolas y más de 300 municiones, según un informe oficial) y fue encarcelado por los delitos de tráfico de armas y alzamiento armado.
Tras su detención, el ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, reveló que el alemán vivía en Bolivia desde hacía 15 años, que existía un trámite de extradición de Berlín por estafa (sin explicar el estado del trámite legal) y que estuvo ligado a hechos de delincuencia local.
Un caso que parecía un simple asunto penal dio un giro cuando la esposa de Shmidt, la boliviana Karina Flores, exconcejala del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS), reveló que él era funcionario del Ministerio de Gobierno, a cargo de la seguridad del Estado.
La mujer mostró documentos que acreditaban a Shmidt como asistente (desde mayo pasado) del Viceministerio de Gobierno y que había cooperado con otras carteras para mediar en conflictos sociales en Santa Cruz, feudo de la oposición derechista. El propio exviceministro del Interior, Gustavo Torrico, confirmó que Shmidt era su representante personal . El Gobierno niega enfáticamente todo.