Londres (AFP). El polémico proyecto de ley para legalizar el matrimonio homosexual vuelve hoy al parlamento británico, donde una enmienda respaldada por el ala más dura del Partido Conservador de David Cameron amenaza con retrasar su adopción e infligir un nuevo revés al primer ministro.
En la primera votación, celebrada el 5 de febrero en la Cámara de los Comunes, la iniciativa presentada por el gobierno de coalición de conservadores y liberal demócratas fue aprobada con el respaldo de 400 diputados, mientras que otros 175 votaron en contra.
Pero ya entonces la propuesta salió principalmente adelante gracias a una mayoría de laboristas y liberal demócratas, puesto que cerca de 140 de los 305 diputados conservadores se opusieron.
Los diputados volverán a reunirse a partir de la tarde de hoy para debatir las diferentes enmiendas, antes de una nueva votación sobre el texto de ley prevista para el martes.
La que suscita más polémica, presentada por un exsecretario de Estado conservador, Tim Loughton, busca ampliar a los heterosexuales las uniones civiles que el Reino Unido permite ya a las parejas del mismo sexo desde 2005.
Se trata de un nuevo desafío a la autoridad de Cameron, después de la creciente presión que le inflige su partido acerca del referendo sobre la permanencia en la Unión Europea y el auge del partido populista antieuropeo y antiimigración UKIP, que le quita votos por la derecha.
La enmienda, que goza al mismo tiempo del respaldo de los detractores del matrimonio homosexual y de defensores de la igualdad de derechos, ha sido calificada de “demoledora” por los servicios del primer ministro.
Según Downing Street, la extensión tendría un coste de 4.000 millones de libras (6.100 millones de dólares, 4.700 millones de euros) debido a cambios en las pensiones, y retrasaría además hasta dos años su entrada en vigor. Estos datos son, sin embargo, cuestionados por el opositor Partido Laborista.
El viceprimer ministro liberal demócrata Nick Clegg, que incluyó el matrimonio homosexual entre sus promesas de campaña, acusó a los impulsores de la enmienda de querer hacer “descarrilar” el proyecto y anunció que se opondría a la enmienda.
“Haré lo que considere mejor para resguardar el proyecto de ley y asegurarme que no sea secuestrado por quienes tienen como motivo posterior desacreditar o hacer descarrilar la legislación”, explicó.
El proyecto de ley contempla legalizar el matrimonio civil entre personas del mismo sexo y permitir la celebración de bodas religiosas a las confesiones que deseen hacerlo, con la excepción explícita de las Iglesias de Inglaterra y de Gales oficiales.
Se trata de una reforma modesta puesto que, además de las uniones civiles entre parejas del mismo sexo, el Reino Unido permite ya que éstas adopten hijos y recurran a vientres de alquiler, siempre que las madres portadoras no reciban una remuneración en contrapartida.
Según el último sondeo, publicado ayer en el Sunday Times , 54% de los británicos respaldan el matrimonio homosexual, un tema que sin embargo sólo 7% de los sondeados coloca entre los que determinarán su voto en las próximas elecciones.
Sin embargo, la iniciativa tiene también detractores de peso, incluidas la mayoritaria Iglesia de Inglaterra y la Iglesia Católica.
El texto que salga de la Cámara de los Comunes, será posteriormente enviado a la Cámara de los Lores, para un nuevo debate y votación, antes de ser sometido al consentimiento real.
“Quiero ver las bodas contempladas en este nuevo proyecto de ley celebrarse a mediados del próximo año”, declaró por su parte la ministra de Cultura, Maria Miller, en los micrófonos de la BBC.
Hasta el día de hoy, 14 países del mundo legalizaron los matrimonios homosexuales. Francia fue el último en agregarse el pasado sábado a la lista, en la que también figuran España, Argentina y desde el mes pasado Uruguay.