El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero pretende que la cita, del 17 al 19 de mayo, se convierta en el proyecto estrella de su semestre de presidencia europea, sobre todo después que España fue relegada a segundo plano en Bruselas por la crisis de la deuda griega, entre otros factores.
Se espera la presencia de la mayoría de líderes latinoamericanos y los más destacados presidentes de los 27 Estados europeos, pero a pocos días para la cumbre solo están garantizadas sendas firmas de acuerdos comerciales de la UE con Colombia y Perú.
Mientras se define la agenda, llama la atención el estreno del presidente de Honduras, Porfirio Lobo, quien solo podrá asistir a la cita de la UE con el Istmo porque varios líderes suramericanos, que no reconocen su gobierno, amenazaron con no asistir si era invitado a la cumbre regional.
“La reunión era el último cartucho de la presidencia rotatoria española, pero la impresión es que está mal organizada, sin agenda ni expectativas”, expresó Florentino Portero, analista de la universidad UNED en España.
Con el nombre Cumbre Unión Europea-América Latina-Caribe, el espacio alojará seis minicumbres diferentes: dos bilaterales de la UE con México y Chile y cuatro subregionales que juntan, de un lado, a Europa y, de otro, a los países de Mercosur, Comunidad Andina, Centroamérica y Cariforum.
Es un reto complicado en todos los frentes, según los analistas, pues consideran que el bloque latinoamericano está roto, sin una única voz y que, además, países influyentes como Brasil están a punto de cambiar de gobierno.
La cumbre tratará de plasmar en palabras ese objetivo por medio de una declaración política y un programa de trabajo que sirva como hoja de ruta para evaluar resultados concretos en el 2012.
No se espera que la cumbre se pronuncie sobre asuntos como el golpe de Estado de junio en Honduras y las elecciones que dieron el poder a Lobo, o la situación de Cuba, pero cualquier presidente podría opinar sobre esas materias.
Otra meta esperada es el retomar las negociaciones comerciales y de asociación entre la UE y el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), paralizadas desde hace seis años.
Por último, otro gran reto son los países centroamericanos. Las dos regiones llevan meses trabajando en un acuerdo de asociación, que incluye tres vertientes: política, cooperación al desarrollo y comercio y se espera finiquitarlo en esta cumbre.