Guayaquil
Gobernantes y delegados de los países de Iberoamérica celebrarán su Cumbre número 23, este viernes y sábado en Panamá, en busca de relanzar ese sistema regional, que 22 años después de creado parece haber perdido vigor y vigencia, bajo riesgo de fracaso.
Bajo el lema "La Comunidad Iberoamericana en el Nuevo Contexto Mundial", la Cumbre, que reunirá a unos 15 jefe de Estado y de Gobierno y otros líderes de los 22 países (América Latina, España y Portugal), se propone una reforma que incluye una refinanciación, la frecuencia bienal de la cita, y una reorientación de la cooperación.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, quien canceló este jueves sorpresivamente su participación, había dicho el lunes: "Los tiempos van cambiando, no sé si en el futuro seguirá siendo importante esta cumbre".
Según según su ministra de Comunicación, Amanda Dávila, Morales suspendió su viaje a Panamá debido a "su recargada agenda de trabajo".
Con una América Latina más autónoma y una España en crisis y sobre la que ha recaído hasta ahora la cooperación y financiamiento del sistema, la cumbre prevé impulsar un fondo iberoamericano de cooperación.
El canciller de Panamá, Fernando Núñez, sostuvo que es necesario "revitalizar y cambiar" el sistema iberoamericano y adaptarlo a los tiempos de globalización. "El crecimiento económico y las oportunidades de inversión están en América Latina, en la América iberoamericana, no en Europa, eso ya pasó", agregó.
La cumbre aprobaría un cambio de los aportes de recursos para que se baje de un 70% a un 60% a España y Portugal y se suba de un 30% a 40% a los latinoamericanos. Además, que las citas dejen de ser anuales para realizarse cada dos años, a partir de la de 2014 en México.