“La más reciente campaña de papa fue de las peores de los últimos tiempos”, pues “se dejaron de producir unas 11.000 toneladas previstas en el plan y las pérdidas se acercaron a los dos millones de dólares”, dijo el diario oficial Granma, al resumir una reunión de balance presidida por el ministro de Agricultura, Gustavo Rodríguez.
Aunque la producción de otros vegetales fue liberada, el cultivo y venta de papas es enteramente estatal en la Isla. La libra (460 gramos) del tubérculo, insustituible en la mesa de los cubanos, se vende a un peso (cinco centavos de dólar), pero desde hace años la oferta no cubre la demanda.
En el mercado negro una libra puede costar $1, inaccesible para la mayoría de los cubanos, que ganan $19 dólares al mes en promedio.
Granma señaló que a las altas temperaturas de febrero y marzo se sumaron “fallas en la preparación y desarrollo de la campaña (de cultivo), en la que el país desembolsa más de $36 millones” anuales en importar semillas e insumos.
El gobierno de Raúl Castro considera “estratégica” la producción de alimentos y ha hecho reformas para potenciar la agricultura.