El proceso transcurre en el Tribunal Provincial de La Habana sin acceso a la prensa extranjera, y con custodia policial que cerró el tránsito en el entorno al edificio, donde se constituyó el panel de cinco jueces sin jurado, según prevén las leyes cubanas.
Gross, de 61 años, enfrenta una petición de 20 años de prisión por “actos contra la independencia o integridad territorial del Estado”. Fue detenido en La Habana el 3 de diciembre de 2009 cuando, según dijo el presidente Raúl Castro, distribuía como “agente secreto” de EE. UU. “sofisticados medios de comunicación” a opositores.
Washington lo reconoce como empleado de la compañía Development Alternatives (DAI) –subcontratada por el Departamento de Estado–, que ayudaba a judíos en Cuba a comunicarse con el exterior con celulares y computadoras, pero esa pequeña comunidad niega haber tenido contactos con él.
La seguridad cubana, lo que buscaba Gross era “crear una plataforma tecnológica fuera del control de las autoridades cubanas”, como parte de una estrategia de Washington para “articular una red de mercenarios”.
La jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, exigió a Cuba su liberación. “Está preso desde hace mucho tiempo. Llamamos al Gobierno cubano a liberarlo sin condiciones y a permitirle salir de Cuba”, declaró Clinton en Washington.
Según versiones sin confirmar, la defensa de Gross estará en las manos de la abogada cubana Nuris Piñero, representante de las familias de cinco cubanos presos en Estados Unidos hace 12 años, bajo cargos de espionaje.