El ministerio de Salud publicó ayer que el país más pobre de América anunció que la epidemia ya provocó 643 muertos y casi 10.000 hospitalizaciones desde sus primeros casos a mediados de octubre. El balance anterior registraba 583 muertos y cerca de 9.000 hospitalizaciones.
Tan solo en la jornada del martes, 46 personas murieron en el departamento de Artibonite, en el norte del país, donde está la ciudad de Gonaives, foco del brote, precisaron las autoridades en un comunicado.
Ayer por la noche el alcalde de Gonaives, Adolphe Jean-François, detalló que varios enfermos fallecieron camino al hospital.
“Los enfermos murieron en el camino al hospital, los cadáveres fueron envueltos con mantas y depositados cerca del cementerio de la ciudad”, explicó Adolphe Jean-François.
Las pésimas condiciones de higiene en el campo donde duermen hacinadas familias enteras con niños pequeños hace temer un avance rápido de la epidemia, calificada de asunto de “seguridad nacional” por el director general del ministerio de Salud, Gabriel Thimoté.
En el departamento del Oeste, donde se encuentra Puerto Príncipe, hay al menos 42 muertos, según el ministerio de Salud.
El cólera ya llegó a la capital haitiana, y hasta el momento solo deja un muerto y 115 personas ingresadas en el hospital.
El único deceso de Puerto Príncipe corresponde a una persona del barrio Cité-Soleil, el más pobre de la ciudad. Ocurrió en el hospital Ste-Catherine, donde trabajan profesionales de Médicos Sin Fronteras de Bélgica.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), dependiente de la OMS, manifestó su profunda inquietud por la evolución de la enfermedad en la capital devastada y bajo paupérrimas condiciones sanitarias.
“Puerto Príncipe es una inmenso tugurio donde las condiciones son muy malas en materia de instalaciones sanitarias y de agua”, señaló Jon K. Andrus, subdirector de la OPS.
“Son las condiciones óptimas para una propagación rápida del cólera”, y “debemos estar preparados”, explicó Andrus.
El suelo anegado en varios sectores de los campos de refugiados, tras el reciente paso del huracán