Bogotá. AFP. Colombia, disconforme con la delimitación marítima con Nicaragua que definió esta semana la Corte Internacional de Justicia (CIJ), busca salidas sin desconocer el fallo, en un contexto de estrecho margen de maniobra jurídica y diplomática.
“Este trago no lo vamos a pasar así no más. La resignación aquí no cabe”, advirtió la canciller, María Ángela Holguín, durante una comparecencia en el Congreso el miércoles, dos días después del que el tribunal de la ONU anunció el fallo sobre una demanda interpuesta por Nicaragua en el 2001.
La CIJ resolvió el lunes una disputa entre Bogotá y Managua por el archipiélago de San Andrés, al determinar que todas las islas, islotes y cayos corresponden a Colombia, y trazó una nueva delimitación marítima que otorga a Nicaragua mayor soberanía sobre aguas del mar Caribe, en un fallo inapelable.
El Gobierno del presidente Juan Manuel Santos rechazó la nueva frontera marítima y estudia alternativas para materializar esa reacción, aunque los expertos ven pocas opciones.
Pese al fallo, los barcos de la Marina de Guerra colombiana que usualmente patrullan esa zona continuaban allí, según aseguró el comandante de la institución, Roberto García-Márquez.
El oficial dijo que recibió instrucciones para “mantener la soberanía nacional en la jurisdicción marítima colombiana (...) entendida como la que históricamente el pueblo colombiano ha conocido por más de 200 años”.
Cortas opciones. Para Ricardo Abello, profesor de derecho internacional de la Universidad El Rosa
rio de Bogotá, a Colombia solo le quedan dos acciones: pedir aclaración del fallo y una revisión.
Aunque consideró que el fallo “es ajustado al derecho”, Abello consideró que “hay puntos que no son claros, por haber dejado enclaves y no haber respetado la unidad del archipiélago”.
Para el Gobierno colombiano, con el nuevo trazado de la línea limítrofe en el mar, la Corte “fraccionó” el archipiélago de San Andrés, pues dejó enclavados en las nuevas aguas de soberanía nicaraguense los cayos colombianos de Quitasueño y Serrana.
Ello afectará el “equilibrio marítimo de la zona”, consideró el profesor Abello.
Además, según la canciller colombiana, el fallo “desconoce por completo la zona económica exclusiva y la plataforma continental”.
Al margen de las consecuencias para Colombia, el fallo de la CIJ “crea una situación de inseguridad jurídica a nivel mundial porque ahora cualquier país podrá desconocer un tratado y acudir a la Corte”, dijo Antonio Rengifo, experto en derecho internacional marítimo de la Universidad Nacional de Colombia.