El presidente de Guatemala, Álvaro Colom, cree que su país requiere de al menos tres años más del trabajo que desde el 2007 realiza la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) creada por Naciones Unidas.
El mandatario, de visita ayer unas horas en Costa Rica, alabó los frutos que ya deja la Cicig, pero también reconoció que limitaciones de dinero impiden brindar protección especial a jueces y fiscales; víctimas mortales frecuentes del crimen organizado.
“Hemos tenido una relación muy estrecha con la Cicig, garantizando su independencia de trabajo Francisco D’Allanese le ha dado un impulso institucional importante a la Cicig y no concibo una Guatemala sin ella en los próximos tres años”, afirmó Colom para quien el mayor aporte de la Comisión es la transmisión de conocimiento y destrezas a las instituciones de Justicia de su país.
El mandatario, no obstante, sí reconoció que su Gobierno ha sido incapaz de proteger a todos los fiscales y jueces guatemaltecos.
“Se tiene protegidos a muchos jueces y fiscales. No le puedo dar una cifra exacta, pero son muchos. El problema es que el grado de agresión es muy grande y hay un problema serio de fondos y ya llegamos a tope”, se quejó.
El político afirma que, aunque lo intentó, su gobierno fue incapaz de pasar una reforma fiscal que explica la falta de dinero para una mejor protección para esos funcionarios.
Colom insistió en designar a Reyes, quien luego fue destituido del cargo como fiscal, pese a fuertes reclamos de grupos sociales y pese a que el entonces director de Cicig, Carlos Castresana, renunció al cargo, tras denunciar ataques sistemáticos en su contra, y calificar a Reyes de “corrupto” y de tener vínculos con el crimen organizado.
“Lamentablemente, la elección del fiscal es muy complicada legalmente por los pasos que se siguen. Castresana insistió mucho en la calidad de los candidatos y él quería a ninguno de los nominados en una lista que elaboró una comisión de designación de candidatos”, afirmó ayer el mandatario de 59 años.
Colom afirma que durante esa polémica designación en junio del 2010, no pudo rechazar la lista de postulados porque “no había un procedimiento que me permitiera devolver la lista y, en el caso particular de Conrado Reyes, hasta que no lo nombré no me dieron nunca pruebas de un solo indicio de los nexos que se le atribuían y, de los seis candidatos, él era el mejor”.
“Creo que un expresidente debe dejar tranquilo y que trabaje el nuevo y darle todo el apoyo que se le pueda dar. Personalmente, pienso que los expresidentes estorban a los presidentes”, enfatizó el Colom quien se divorció en abril de Sandra Torres para que legalmente pudiera participar en las elecciones presidenciales; decisión muy cuestionada por la opinión pública de Guatemala.
Consultado se llegaría a reconciliarse con Torres en el caso de que ganara la elección, Colom cree que, como los otros candidatos, “Sandra tiene el derecho de ejercer su presidencia sin la sombra mía. Va a depender mucho de lo que ella requiera. Será ella quien decida”, concluyó.