La funcionaria expresó a la prensa, en Seúl, que las sanciones son parte de una serie de acciones para frenar la proliferación nuclear. Indicó que las sanciones buscan contener las actividades ilícitas que permiten el financiamiento del programa de armas atómicas de Pyongyang.
Clinton hizo las declaraciones en Seúl luego de sostener conversaciones sin precedentes sobre la seguridad con autoridades militares de EE. UU. y Corea del Sur.
Las sanciones, según indicó, estarían dirigidas contra la venta o adquisición de armas y bienes afines, así como también a la consecución de artículos de lujo.
Washington congelará activos, impedirá viajes al extranjero y colaborará con bancos para evitar transacciones ilegales. Las sanciones también intentan evitar actividades ilegales con privilegios diplomáticos, detalló Clinton.
“Esas medidas no están dirigidas contra el pueblo de Corea del Norte, que ha sufrido mucho tiempo por las prioridades equivocadas de su gobierno”, expuso. “Están dirigidas contras las políticas desestabilizadoras, ilícitas y provocativas ejercidas por ese gobierno”.
El Consejo de Seguridad de la ONU estableció duras sanciones a Corea del Norte en los últimos años para castigarla por desafiar al organismo mundial con las pruebas experimentales de armas nucleares y misiles de largo alcance, y por vender ilegalmente armas.
Poco antes, Clinton, en una rara visita a la zona desmilitarizada coreana, apremió a Corea del Norte a que ponga fin a su aislamiento que –dijo– ha acarreado penurias a la población de ese país.
Clinton emitió las declaraciones durante una visita con el secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, a Panmunjom, la frontera fortificada que divide a ambas Coreas.
La visita de Clinton tiene lugar cuatro meses después del hundimiento de un barco de guerra de Corea del Sur que, a decir de una comisión internacional, fue blanco de un torpedo que disparó un submarino de Corea del Norte.