Pekín. AFP. Estados Unidos y China, primera y tercera economía mundial respectivamente, abrieron ayer en Pekín una reunión anual de altos responsables, con el objetivo de estrechar los lazos comerciales de estas dos potencias y superar diferendos, en un marco de crisis por la cuestión norcoreana.
“Nuestras economías se han vuelto inseparables”, declaró el viceprimer ministro chino, Wang Qishan, en la apertura de la reunión anual del “diálogo estratégico y económico” sino-estadounidense que se efectúa por segunda vez.
Del lado estadounidense, están presentes unos 200 delegados, “el número más grande de responsables gubernamentales en viajar a una reunión en el mundo”, subrayó la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton.
“No estaremos de acuerdo en todas las cuestiones, pero hablaremos de ellas abiertamente”, prometió Clinton, refiriéndose, por ejemplo, a los derechos humanos.
El domingo, Clinton había pedido un acceso equitativo de las empresas a los mercados, una de las manzanas de la discordia entre Washington y Pekín.