Cientos de peregrinos de todo el mundo, pero sobre todo de Alemania, Francia e Italia, se preparan para asistir el domingo en la plaza de San Pedro, donde se realizará el último ángelus del Pontífice alemán, quien anunció que se “esconderá” del mundo. Su partida será el el próximo jueves a las ocho de la noche, abriendo un curioso periodo de transición y negociaciones para la elección de su sucesor.
La decisión del Papa marca un precedente en la historia de la Iglesia católica moderna y al mismo tiempo obliga a su sucesor a encarar los retos que la milenaria institución exige para generar un impulso modernizador y pesar en el mundo, como representante de 1.200 millones de católicos.
Examen de conciencia. Por otra parte, el diario italiano La Repubblica aseguró ayer que Benedicto XVI decidió su renuncia tras haber recibido un informe ultrasecreto elaborado por tres cardenales en el que se denuncia una trama de corrupción, sexo y tráfico de influencias en el Vaticano.
Según el diario, el informe –encargado el año pasado por Benedicto XVI a tres cardenales, el español Julián Herranz, el eslovaco Jozef Tomko y el italiano Salvatore De Giorgi tras las filtraciones de documentos confidenciales y conocido como el escándalo VatiLeaks– revela un sistema de “chantajes” internos basados en debilidades sexuales y ambiciones personales.
El texto, de 300 páginas, que se refiere a un lobby gay dentro del Vaticano, fue entregado en diciembre al Pontífice, según la periodista Concita di Gregorio, quien no aclara cómo accedió al documento.
“Fantasías, invenciones, opiniones”, zanjó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.