México D.F. Diario El Universal El arquitecto mexicano Carlos Flores Marini, uno de los principales defensores del patrimonio artístico y cultural de su país, falleció ayer a los 77 años, a causa de una neumonía.
Flores, quien participó en más de 150 proyectos de conservación, remodelación y revitalización de monumentos históricos, fue particularmente reconocido por su participación, en 1964, en el Comité de Redacción de la Carta Internacional para la Restauración y Conservación de Monumentos Históricos, conocida como Carta de Venecia. De hecho, él fue el firmante en representación de México.
“Lo vamos a extrañar mucho porque era un hombre que no dejaba de denunciar todas las afectaciones al patrimonio. Nunca olvidaremos su irrestricta forma de proteger el patrimonio y de no quedarse callado por nada ni por nadie”, lamentó la arquitecta Olga Orive, quien preside el Comité Nacional Mexicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), organismo del que Flores Marini fue fundador y también presidente.
Legado. Entre sus incontables trabajos de conservación arquitectónica, destacan su defensa del Súper Servicio Lomas de Vladimir Kaspé, único edificio plurifuncional en México, que fue destruido para levantar allí un centro comercial, y sus denuncias sobre las intervenciones que afectaron la sala principal del Palacio de Bellas Artes, la construcción de un ascensor en el Monumento a la Revolución y la restauración inadecuada del antiguo convento de La Merced.
En diciembre pasado, Icomos le otorgó el premio Federico Sescosse Lejeune 2014, en reconocimiento a más de medio siglo de trayectoria profesional.
Méritos como docente. Flores también cosechó una fructífera trayectoria como docente. Desde 1967 fue profesor titular de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de México (UNAM), donde fundó la carrera de Restauración de Monumentos y formó diversas generaciones en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, así como en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía.
En cuanto a sus labores fuera de su país, será recordado por su participación en la restauración del Alcázar de Colón en Santo Domingo (República Dominicana) y en proyectos para la revitalización de los centros históricos de Salvador de Bahía (Brasil), Cartagena de Indias (Colombia), la ciudad de Antigua en Guatemala, además del Panamá Viejo, el Casco Antiguo y Portobelo, los tres en Panamá.
Otro de sus proyectos se desarrolló en la Zona Arqueológica de Copán, en Honduras.