“A pesar de su enorme contribución a la economía y a la sociedad de Estados Unidos”, dijo Calderón ante su anfitrión, el presidente Barack Obama, millones de inmigrantes “aún viven en las sombras” en ese país.
“En ocasiones, como en Arizona, enfrentan incluso patrones de discriminación”, añadió.
Sus palabras fueron recibidas con aplausos por parte del público en la ceremonia solemne en los jardines de la Casa Blanca.
“La ley de Arizona tiene el potencial de ser aplicada de forma discriminatoria”, admitió Obama en rueda de prensa conjunta, tras una reunión bilateral con Calderón.
“Los juicios que puedan ser hechos a la hora de aplicar la ley pueden ser preocupantes”, añadió el Presidente estadounidense.
Arizona aprobó el 23 de abril una ley que convierte en delito estatal la inmigración ilegal y obliga a la Policía a verificar la documentación de cualquiera “bajo sospecha razonable” de que pueda ser ilegal.
En EE. UU. viven casi 11 millones de indocumentados, de los cuales siete millones son de origen mexicano. En Arizona, estado fronterizo con México donde la tercera parte de sus seis millones de habitantes son de origen hispano, viven unos 460.000 indocumentados.
Obama apoya una reforma migratoria integral, pero ese objetivo sigue sin concretarse en el Congreso a causa de la complicada agenda legislativa, y porque su bancada demócrata ya no cuenta con una mayoría sólida en el Senado.
“La ley de Arizona, a mi entender, expresa varias frustraciones que el pueblo estadounidense tiene porque no hemos arreglado el fallido sistema migratorio”, enfatizó.
La ley en Arizona introdujo tensión en una visita de estado planeada hace meses por ambos Gobiernos bajo el signo de ayudarse a combatir el narcotráfico, pero también con diferencias comerciales.
México también está a la espera de que Washington revele un plan para permitir que camiones de carga mexicanos circulen de nuevo en Estados Unidos, lo que podría finalizar una disputa que el año pasado llevó a México a aplicar tarifas a $2.400 millones en importaciones estadounidenses.
El Presidente mexicano libra desde su llegada al poder, en el 2006, una lucha sangrienta contra el narcotráfico que ya ha dejado casi 23.000 muertos, y para la cual cuenta con un apoyo creciente de su vecino del norte.
Tras su cita en la Casa Blanca, adonde tenía previsto volver como invitado de honor de la segunda cena de estado que ofrecen los Obama desde su llegada al poder, Calderón almorzó con la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, y el vicepresidente, Joe Biden.