Morales señaló que “la comunidad internacional debe entender ahora que ha llegado el momento para que esta inmensa herida que tenemos los bolivianos por nuestro enclaustramiento marítimo sea cerrada con base en un proceso de connotaciones históricas y un fallo justo y certero que devuelva su cualidad marítima a nuestro país”.
Según Morales, “es factible y posible lograr que estos organismos internacionales hagan justicia y reparen los daños causados a los países, sin necesidad de recurrir a ninguna forma de violencia”.
El discurso del gobernante generó expectación ayer, pues había dicho de manera anticipada que el 23 de marzo era el plazo para que Chile respondiera al reclamo boliviano, que forma parte de una agenda que ambos países acordaron a mediados de 2006.
Morales aclaró que su actual planteamiento no significa “abandonar jamás el diálogo directo, franco y sincero con Chile”, que alcanzó su mejor nivel con la expresidenta Michelle Bachelet. Ambos habrían arribado, de manera reservada, a un acuerdo por el que Chile cedía un enclave sin soberanía sobre el océano Pacífico, propuesta que habría sido abortada tras objeciones del entonces presidente electo Sebastián Piñera, según versiones de prensa locales.
Morales hizo un extenso alegato para demostrar que Bolivia nació a la vida republicana en 1825 con una costa de 400 km; manifestó que “es deber de nuestro Gobierno cumplir el mandato constitucional” de acceder al mar con soberanía.