Roma. AP. El primer ministro, Silvio Berlusconi, pidió ayer a los legisladores que le den un voto de confianza a su gobierno durante una inminente moción de censura, alegando que acabar con su gobierno sería una “locura en momentos en que es esencial la estabilidad frente a la crisis económica”.
Luchando por su supervivencia política, el mandatario habló con un grupo de legisladores rebeldes que prometió intentar expulsarlo durante las votaciones de hoy.
Berlusconi ofreció negociar una nueva agenda que permita al Gobierno sobrevivir hasta que se celebren nuevas elecciones parlamentarias en 2013, al igual que la reorganización del gabinete que ofrecería puestos de gobierno a quienes le apoyan en esta prueba.
Berlusconi afronta hoy votaciones de censura en ambas cámaras del Parlamento italiano, tras romper filas con quien fuera su aliado más cercano, Gianfranco Fini, cofundador de su partido.
Berlusconi, de 74 años, llegó a ser muy popular, pero eso ha cambiado. Su capital político se ha diluido tras escándalos en su vida privada, relacionados con fiestas escandalosas y supuestos encuentros con prostitutas.
Berlusconi basó su discurso en los riesgos que enfrenta Italia si se acaba con su gobierno.
“Si su preocupación sobre la difícil situación que vive Italia es honesta y real; entonces la única forma de avanzar es renovar la confianza en mi gobierno”, expresó Berlusconi. La votación de hoy, dijo, “será la prueba del realismo y la sabiduría política”.