“Los mercados solo se calmarán si los 16 países de la zona del euro modifican sus economías y reducen sus déficits”, dijo Stark al periódico
“Compramos tiempo, nada más”, aseguró, según el diario y agregó que el euro no estaba en peligro, pero sí en una situación crítica.
Stark instó a los líderes de la Unión Europea (UE) a usar el poco tiempo que tienen para implementar reglas que impulsen la estabilidad y el crecimiento y enfatizó que hacen falta sanciones automáticas contra los países que no cumplan las reglas de endeudamiento de la Unión.
“El proceso tiene que ser despolitizado”, aseguró.
La Unión Europea exige a sus miembros un endeudamiento máximo de 3% de su producto interno bruto (PIB); sin embargo, esa norma no se ha cumplido.
Así, países como Grecia, España, Portugal e Italia, entre otros, enfrentan déficits fiscales de hasta 13,5%, como es el caso de Grecia.
Este país tiene que pagar el 19 de mayo importantes vencimientos de su deuda y, tras un análisis de la situación, los tenedores de bonos griegos, la mayoría de ellos bancos y Gobiernos, se dieron cuenta de que el país no tenía con qué pagar.
La UE salió al rescate de Grecia y junto con el Fondo Monetario Internacional (FMI) le aprobaron préstamos por $140.000 millones.
Posteriormente, se aprobó un plan de un billón de dólares para tranquilizar los mercados y detener la pérdida de valor del euro.
En tanto, otro importante banquero alemán, el economista en jefe de Dekabank, Ulrich Kater, se unió a los que expresan dudas sobre la capacidad de Grecia de pagar sus deudas de manera ordenada.
Kater dijo que compartía las dudas que expresó el jueves el director ejecutivo del Deutsche Bank, Josef Ackermann.
“Será muy, muy difícil para Grecia pagar sus deudas de manera ordenada”, dijo Kater. Agregó que las medidas de austeridad que tomó el Gobierno griego y la falta de competitividad de su economía presentan malos augurios para el crecimiento económico, por lo que reducir la deuda sería complicado.
Ackermann, director del mayor banco prestamista de Alemania, causó indignación y desconfianza en los tensos mercados cuando expresó sus dudas en público y mencionó la posibilidad de que Grecia deba reestructurar su deuda.
En Atenas, el primer ministro griego, George Papandreu, dijo el domingo a CNN que no descarta iniciar acciones legales contra algunos bancos de inversión estadounidenses por su papel en el inicio de la crisis de deuda de su país.
El Gobierno y muchos griegos culpan a la banca internacional por atizar la crisis con informes sobre una probable cesación de pagos.