Al-Arich, Egipto. AFP. Desconocidos sabotearon ayer, por segunda vez en tres meses, el gasoducto egipcio que abastece a Israel y Jordania, y provocaron nuevamente la suspensión del aprovisionamiento a estos dos países, sus dos principales clientes de la región.
El ataque con bomba se produjo dos semanas después de que las nuevas autoridades de Egipto decidieran revisar todos los acuerdos de gas, incluidos los firmados con el Estado judío, y abrir investigaciones sobre controvertidos contratos de venta de gas a este país.
El atentado tuvo lugar en el centro de distribución y de exportación de gas hacia Israel y Jordania, situado en la localidad de al-Sabil, en la región de al-Arich, en el Sinaí, indicó la agencia oficial Mena.
Según una fuente de seguridad, la bomba fue activada por control remoto y produjo importantes llamas que se alzaron al cielo.
Majdi Taoufic, presidente de la compañía Gasco, que administra el gasoducto, afirmó luego que el incendio había sido “controlado”.
Sin cortes. En Israel, el ministro israelí de Infraestructuras, Uzi Landau, aseguró que el atentado no provocaría cortes de electricidad en el país.
“Hay aún algo de gas en el gasoducto, y vamos a utilizarlo; y luego la compañía de electricidad (israelí) deberá encontrar alternativas con nuestro propio gas o utilizando carbón o petróleo”, afirmó.
Jordania, que importa a diario de Egipto 6,8 millones de metros cúbicos de gas, utilizados en un 80% para la producción de electricidad, confirmó que el abastecimiento se había interrumpido.
El 5 de febrero, en medio de la revuelta popular contra el entonces presidente egipcio Hosni Mubárak, un ataque contra el gasoducto había provocado la interrupción del abastecimiento.
Ningún grupo había reivindicado ayer el atentado, que se produjo a las 4:30 a. m. local en una región donde las relaciones son tensas con los beduinos que se quejan de hostigamiento y discriminación.
En el pasado, beduinos buscados por las autoridades lanzaron amenazas de sabotaje.
El ataque se produjo, además, en plena investigación de la fiscalía egipcia sobre controvertidos contratos con el Estado judío que han hecho perder a Egipto miles de millones de dólares.
La investigación llegó hasta el presidente derrocado Hosni Mubárak, quien según la prensa local fue interrogado sobre este expediente la semana pasada, pero este ha negado estar al tanto de los detalles de esos contratos firmados en 2005.
Sus dos hijos, Gamal y Alaa, de quienes se sospecha cobraron comisiones importantes para aprobar las exportaciones de gas egipcio hacia el vecino país, también fueron interrogados sobre este caso. Ambos están presos en la cárcel de Tora, en El Cairo.
Dos exministros del Petróleo, Sameh Fahmi y Mahmud Latif, también detenidos, están acusados de haber hecho perder al Estado unos $714 millones al vender a Israel gas natural a un precio inferior al del mercado.