Manila. AP Con la recuperación de más cadáveres, se elevó a 17 la cifra de muertos que dejaron inundaciones y aludes ocasionados por lluvias torrenciales en Filipinas, detallaron ayer las autoridades.
Unas 13.000 personas se han refugiado en escuelas y gimnasios, convertidos en centros para damnificados en el litoral este del archipiélago, dijo el administrador de la defensa civil, Benito Ramos.
Las víctimas fatales incluyen ocho niños que dormían cuando sus casas quedaron sepultadas por aludes en el municipio de Saint Bernad, en el centro de Filipinas.
La región, en la provincia de Leyte Sur, registró en el 2006 uno de los peores desastres ocurridos en el país cuando un alud de lodo sepultó toda la aldea de Guinsaugon y dejó más de 1.000 muertos.
El presidente Benigno Aquino III ordenó una investigación en torno a las muertes en Saint Bernard, localidad propensa a los aludes. El mandatario ordenó la evacuación inmediata de las zonas susceptibles a aludes e inundaciones.
Las autoridades de protección civil dijeron que de las 17 personas muertas, 10 se ahogaron, seis murieron en derrumbes y uno fue electrocutado.
Las víctimas fatales más recientes incluyen un hombre que se ahogó en la ciudad sureña de Bislig y un niño de 12 años que se electrocutó durante las inundaciones en la provincia de Agusan del Sur.
Un menor de seis años también se ahogó en Agusan del Sur, mientras que otro cadáver fue recuperado de una zona donde ocurrió un alud en la misma provincia, dijo el funcionario de protección civil Amado Posas.
Cuatro personas resultaron lesionadas durante aludes de lodo en Saint Bernard en tanto que un pescador está desaparecido.