Roma. AFP. Un registro de la dramática conversación entre el capitán de puerto, Gregorio De Falco, y el comandante del crucero revela que este último se negó a volver al barco y evitó retomar el mando cuando supo que había muertos. Este es una parte del diálogo:
De Falco: ¿Schettino? Escuche, Schettino. Hay gente atrapada a bordo. Usted vaya con su lancha bajo la proa del barco, del lado derecho. Ahí hay una escalera. Suba por esa escalera y vaya a bordo del navío. Vaya a bordo y dígame cuánta gente queda. ¿Está claro? Estoy grabando esta comunicación (...).
F. Schettino: Comandante, le digo una cosa (...). En este momento, el barco está inclinado...
D. F. : Ya lo sé. Escuche: hay gente bajando por la escalera de proa. Usted haga el recorrido inverso por esa misma escalera, suba al navío y dígame cuántas personas hay y qué tienen a bordo. ¿Le queda claro? Dígame si hay niños, mujeres o personas que necesiten asistencia. (...) Usted tal vez se haya salvado del mar, pero ahora le va a ir mal... Yo voy a hacer que lo pase muy mal. Vaya a bordo, ¡Carajo!
F. S.: Por favor, comandante...
D. F.: Nada de por favor... ¡Ahora mismo vaya usted a bordo! Júreme que está yendo a bordo...
F. S.: Estoy yendo con la lancha de rescate, aquí estoy, no estoy yendo a ninguna parte, estoy aquí...
D. F.: ¿Qué está haciendo comandante?
F. S.: Estoy aquí para coordinar el rescate...
D. F.: ¿Qué va a estar coordinando ahí? Vaya a bordo. Coordine el rescate desde a bordo. ¿Usted se está negando?
F. S.: No, no me estoy negando.
D. F.: ¿Usted se está negando a ir a bordo, comandante? Dígame por qué no va.
F. S.: No estoy yendo porque la otra lancha está aquí parada...
D. F.: (...) Usted ha declarado el abandono de la nave, ahora mando yo. ¡Vaya a bordo! ¿Está claro? ¿No me oye? Vaya y llámeme directamente desde a bordo. Los medios de rescate aéreo ya están allí.
F. S.: ¿Dónde están?
D. F.: Están en la proa. Adelante. Ya hay cadáveres, Schettino.
F. S.: ¿Cuántos cadáveres hay?
D. F.: No sé. Sé que hay uno. Eso oí. Pero es usted el que me tiene que decir cuántos son. ¡Cristo bendito!
F. S.: ¿Pero no se da cuenta de que aquí está oscuro y no vemos nada?
D. F.: ¿Y usted se quiere volver a su casa? ¿Está oscuro y por lo tanto quiere volver a su casa? (...).