Los aguaceros, que sorprendieron a miles de habitantes, cientos de los cuales tuvieron que ser evacuados, dejaron tras de ellos riadas de lodo en las calles, vehículos volcados, vías cortadas, un puente de autopista destruido y ríos transformados en torrentes de agua negra.
Antes de continuar hacia el nordeste, hasta Cataluña y el archipiélago de las Baleares, mientras pierden intensidad, las trombas de agua asolaron durante la noche del viernes a ayer la región de Valencia, en la costa este de España.
Ayer las regiones afectadas por las lluvias amanecieron con un cielo más clemente y los puertos de Valencia y de Sagunto, a unos 30 kilómetros al norte, reabrieron tras varias horas cerrados. Dos buques de carga encallaron en la playa de El Saler, en el litoral valenciano.
En total, 10 personas murieron, según las autoridades regionales.
En la región de Murcia, donde las lluvias torrenciales se desataron hacia el final de la jornada del viernes, tras haber recorrido Andalucía, los cuerpos de dos hombres fueron descubiertos ayer, elevando así a cinco el número de fallecidos.
La víspera por la noche, los cuerpos de otras tres personas aparecieron en esta región.