Cádiz, España. (AFP). Las pequeñas y medianas empresas (pymes) de América Latina son claves para lograr un crecimiento que permita atajar las desigualdades y una excesiva dependencia de las materias primas que hace a la región vulnerable a la crisis, abogaron este viernes responsables en Cádiz .
Pese a un importante crecimiento económico, que este año debería superar el 3% y alcanzar un 4% en 2013, "no hay lugar a la complacencia" en Latinoamérica, advirtió el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el mexicano Angel Gurría.
"La región afronta importantes desafíos para su desarrollo a largo plazo", aseguró en la presentación, al margen de la XXII Cumbre Iberoamericana de Cádiz , de un informe sobre perspectivas económicas en el continente, elaborado con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de Naciones Unidas.
"La menor demanda externa" debida a la crisis amenaza a unas economías latinoamericanas con "excesiva dependencia de la exportación de recursos naturales, que tienen que ir moviéndose hacia la manufactura, hacia los servicios, hacia un mayor valor agregado y un contenido de conocimiento", subrayó.
En este esfuerzo, "las pymes son los jugadores estratégicos", consideró por su parte la secretaria ejecutiva de la CEPAL, la también mexicana Alicia Bárcena, señalando que "la única forma de cerrar la brecha entres los ricos y los pobres, entre los que tienen y no tienen, es un cambio estructural".
"Nuestra región es la más desigual del mundo, no la más pobre", subrayó Bárcenas, quien recordó que entre 1990 y 2010 la pobreza disminuyó de 48% a 30% en Latinoamérica, con la aparición de importantes clases medias.
Sin embargo, mantener y consolidar esas clases medias precisa de reformas que pasan en gran medida por las Pymes, quienes representan el 99% de las empresas de la región y un 67% de los puestos de trabajo, pero solo un 20% del PIB, aseguró.
Este dato pone de manifiesto un grave problema de productividad en este tipo de negocios, señaló Gurría. "La productividad en las grandes empresas en América Latina es casi seis veces más grande que en las pequeñas empresas y las micros", aseguró.
Además, "la región tiene déficits en tecnología, en infraestructuras, que se agudizan en las pequeñas y medias empresas y eso hace muy difícil su internacionalización", advirtió por su lado el colombiano Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Cerca del 54% del comercio en Europa se da en torno a las pymes, mientras que en América Latina es apenas el 18%, subrayó.
Entre los problemas que enfrentan, destaca el acceso al crédito, cerrado a un 30% de las pequeñas y medianas empresas de la región debido a los altos intereses -8% de promedio en Latinoamérica frente a 2% en Europa- o a que no cumplen los requisitos impuestos por los bancos.
Es también necesario "ver cómo aumentamos sus capacidades de innovar y de incorporar tecnología de punta", señaló Bárcenas, destacando que en América Latina se invierte menos del 0,7% del PIB en Investigación y Desarrollo.
"Nuestras empresas no invierten en I+D, ni las grandes ni las pequeñas, esperan que sea el sector público quien invierta", lamentó, destacando que en este aspecto países como España y Portugal, actualmente sumidos en la crisis, pueden aportar su conocimiento tecnológico.
Otra reforma imprescindible es la educativa, coincidieron en señalar los responsables regionales, para dotar a las empresas de mano de obra cualificada.
"No se trata solo de ir a la escuela, se trata de qué calidad de educación estamos dando para que haya absorción del progreso técnico", afirmó la secretaria ejecutiva de la CEPAL, subrayando que por ejemplo "el 71% de los empresarios en Brasil declara tener dificultades para cubir vacantes" por falta de formación.
Todos estos retos requieren políticas activas e importantes inversiones públicas, señalaron, llamando a los gobiernos de la región a cambiar las estructuras tributarias para recaudar más.
América Latina enfrenta el "desafío de no dejar pasar esta gran coyuntura, que ha sido única", subrayó el presidente ejecutivo del banco de desarrollo de América Latina CAF, el boliviano Enrique García.
La región tiene que "ir a un modelo que debe ser de transformación productiva, que permita tener crecimientos más altos y de mayor calidad" y lograr "que en un plazo de 20 años podamos converger con los países industrializados" igualando su nivel de bienestar, concluyó.