En la poesía de Chaves el ojo tiene capacidad de hilvanar ideas e imágenes, paseando por un parque citadino hasta las manos de unos adolescentes, que resumen el deseo que se puede sentir, aún con el uniforme del colegio encima. Estampas populares, cotidianas, íntimas, observadas y descritas desde una piel que las vive.