Por razones laborales, Bernardo Urbina está en Cebú, una de las islas que forman el archipiélago de Filipinas. Él se ha sumado a los miles de personas que brindan ayuda a los millones de afectados.
Tres millones de niños filipinos se han visto afectados, de una manera u otra, por el tifón que ha destruido los medios de subsistencia de millones de personas, campesinos, comerciantes o pescadores, según la ONG Save the Children.
Los empleados municipales en esta ciudad arrasada por un tifón enterraron ayer decenas de cadáveres anónimos en una tumba común, mientras comenzaba a llegar la ayuda que necesitan desesperadamente medio millón de personas desplazadas por el desastre.