Thiago Felstinsky creó una red que busca conectar a quienes padecen distrofia muscular del gen FHL1 para llamar la atención sobre la falta de tratamientos que disminuyan o eliminen los efectos.
Hombres comienzan su pérdida de masa muscular desde los 50 años y las mujeres desde la menopausia, aunque es un proceso inevitable, hay formas de contrarrestarlo y que su impacto no sea mayor.
Según una publicación de la revista Annals of Medicine, una baja masa muscular está relacionada con un mayor riesgo de complicaciones quirúrgicas y postoperatorias, estadías hospitalarias más prolongadas y una menor sobrevivencia, sobre todo en pacientes con enfermedades crónicas.