Rolando Pichardo Martínez, de 28 años, estaba sin camisa, descalzo, cabizbajo y hablando con unos vecinos en el corredor de la casa de su padre, en una loma de Cuesta Pichardo.
Rolando Pichardo Martínez, de 28 años, estaba sin camisa, descalzo, cabizbajo y hablando con unos vecinos en el corredor de la casa de su padre, en una loma de Cuesta Pichardo.