Ayman al Zawahiri, considerado el cerebro de los atentados del 11 de setiembre del 2001, se convirtió en jefe de la organización terrorista tras la muerte de Osama bin Laden en el 2011.
Diez años después de su muerte, el fundador de Al Qaida encarna el sacrificio supremo y sigue siendo una figura casi indiscutible del yihadismo mundial, más allá de sus divisiones
Afirma que esa organización terrorista se beneficia de la protección del régimen de Teherán.