Nueve años después de su última edición, el gran festejo roquero cuenta con las infaltables bandas que hicieron del evento un ícono, pero también se acompaña de juguetes de Fortnite, trampolines y sorpresivos espacios para la meditación
Nueve años después de su última edición, el gran festejo roquero cuenta con las infaltables bandas que hicieron del evento un ícono, pero también se acompaña de juguetes de Fortnite, trampolines y sorpresivos espacios para la meditación