Saprissa evitó que la Liga resucitará donde más le habría dolido a los morados, en la Cueva. Lo hizo con la suerte de un campeón, esa que le llevó a levantarse de las cuerdas y lanzar un golpe agónico que se convirtió en autogol.
Saprissa evitó que la Liga resucitará donde más le habría dolido a los morados, en la Cueva. Lo hizo con la suerte de un campeón, esa que le llevó a levantarse de las cuerdas y lanzar un golpe agónico que se convirtió en autogol.