Hernán Medford debería esta vez sentirse celoso, quizás hasta molesto, relegado a segundo plano. Le ganó Paulo César Wanchope, blanco de las frustraciones moradas.
Hernán Medford debería esta vez sentirse celoso, quizás hasta molesto, relegado a segundo plano. Le ganó Paulo César Wanchope, blanco de las frustraciones moradas.