La primera víctima de una supuesta red de tráfico de órganos que operaba en el país declaró este jueves ante el Tribunal de Juicio de San José. Se trata de una policía, quien luego de donar su riñón a cambio de dinero, aparentemente ayudó al grupo a reclutar a otros donantes.
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Mauren Cordero trabajaba como policía de la Fuerza Pública y hacía fletes en su carro en su tiempo libre. Su pareja murió asesinada y quedó llena de deudas. A Mauren, supuestamente le ofrecieron ¢6 millones por su riñón. Luego, $1.000 por cada persona que reclutara para la extracción de ese órgano.
El Calderón Guardia es el hospital público que más ha sido investigado por la auditoría interna de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).