Este químico se llama NPGL y, según los investigadores, tendría parte de la culpabilidad de que sintamos más deseos de comer mucha comida grasosa a que sintamos deseos de darnos un atracón con frutas o verduras.
Este químico se llama NPGL y, según los investigadores, tendría parte de la culpabilidad de que sintamos más deseos de comer mucha comida grasosa a que sintamos deseos de darnos un atracón con frutas o verduras.