En setiembre del 2005, el cadáver de Josebeth Retana, de 8 años, apareció dentro de un saco en una quebrada. La Fiscalía archivó el caso sin resolverlo. ‘Confío en que castiguen a los que no hicieron bien el trabajo’, dijo la madre, al conocer que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pidió cuentas al Estado.