Los vivos merecen respeto; los muertos: la verdad. Cegada por los destellos de Hollywood se creyó predestinada a la fama; la logró, es cierto, pero ya muerta.
Los vivos merecen respeto; los muertos: la verdad. Cegada por los destellos de Hollywood se creyó predestinada a la fama; la logró, es cierto, pero ya muerta.