Durante los últimos años, y exacerbado por la pandemia, los países más bancarizados han venido cerrando sucursales y desinstalando cajeros automáticos.
Quedarnos quietos, esperando la llegada de flujos de inversión extranjera directa causada por el fenómeno del ‘nearshoring’, sería un grave error.
Según el Foro Económico Mundial, el trabajo se está automatizando más rápido de lo esperado y desplaza millones de empleos, pero genera muchos otros nuevos a la vez.