Las desigualdades laborales y salariales en la mayor parte del mundo son reflejo de la inequidad en salud y derechos sexuales y reproductivos. Las mujeres más pobres, con menor acceso a salud sexual, presentan mayores probabilidades de estar desempleadas o subempleadas y de ganar menos que los hombres.
En materia de derechos humanos no hay discriminación posible.
Los mosquitos no conocen de fronteras; tampoco el miedo. Mientras los expertos en salud pública lidian con el virus del Zika, el pánico sigue propagándose por el mundo.