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En este primer campamento, el doctor en robótica aeroespacial Andrés Mora vislumbra las bases de una formación que pueda motivar y conducir a estos muchachos costarricenses –colegiales y universitarios– a generar resultados y tecnologías que puedan aplicarse en el país y con ello generar beneficios económicos tangibles en un lapso de unos 5 o 10 años.