Lesbia Duarte dice que ella y sus hijos, de seis y 10 años, empacaron algunas cosas desde hace dos años, cuando les avisaron que los sacarían del precario para darles una casa.
Aunque siguen esperando que les indiquen cuándo será la mudanza, saben que parte del llamado Triángulo de la Solidaridad, donde viven, será desalojado para construir el tramo norte de Circunvalación.
Este traslado debió iniciarse en diciembre del 2014, pero fue hasta julio de este año que se entregaron las primeras 17 viviendas y ocho más en semanas siguientes cerraron la cuenta.
El Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos (Mivah) no ha precisado cuándo terminará la reubicación, pero el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) informó a La Nación de que, en este diciembre, deben salir 100 familias para poder finalizar la fase de diseño de la carretera en enero del 2016 e iniciar los trabajos en marzo.
Rosendo Pujol, jerarca del Mivah, arguyó que los atrasos se deben a complicaciones del sistema de compras públicas e incumplimientos de las empresas constructoras, situaciones que no controlan.
“Por ejemplo (las constructoras) prometen financiar las viviendas y dejar que las aprobaciones (de crédito) vayan después. Mentiras. Nos ofrecen casas en terrenos con muchos problemas, unos legales y otros técnicos. Otras (empresas) cobran demasiado”, explicó Pujol.
Fueron esas circunstancias las que impidieron entregar 45 viviendas que el ministro había anunciado en febrero.
Marian Pérez, directora de Vivienda, se abstuvo de responder cuáles fueron las empresas que incumplieron. “Si nos ponemos a buscar culpables, vamos a obstaculizar un proceso que ya ha sido muy largo y doloroso, así que no se lo puedo decir”, expresó.
Pujol coincidió en que no es conveniente “crear una guerra” con las constructoras, pues igual dependen de ellas para avanzar.
Los atrasos también se evidencian en los trámites ante el Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi), entidad encargada de aprobar los créditos para construcción o compra de las casas.
Días atrás, el gerente del Banco, Luis Montoya, detalló que habían recibido los expedientes de solo 37 familias del Triángulo de la Solidaridad, incluidas las 25 que ya ocupan sus inmuebles.
Pérez coincidió con Pujol en que progresar no depende del Ministerio, sino de los demás involucrados en el proceso, como las entidades financieras que tramitan los créditos ante el Banhvi y que a su vez contratan a las compañías constructoras.
Incertidumbre. Mientras tanto, en el precario imperan el desconocimiento y la molestia.
“No soy yo la que está atrasando, son ellos; yo hace rato entregué mis papeles. Y yo quiero irme, necesito irme. Estoy dudosa de si voy a matricular o no a mis hijos en la escuela de aquí”, manifestó Duarte.
Pese a las demoras y la preocupación de las familias, el jerarca de Vivienda se mantiene optimista y cree que esos niños podrán iniciar lecciones en una nueva escuela, ya que planea entregar algunas casas este mes, incluidas 24 que ya están acabadas, pero con trámites pendientes.